martes, febrero 19, 2008

La 518

Durante años los científicos de todo el planeta estuvieron buscando el origen de las cosas, el origen del universo en el cual comenzó todo, un punto en el espacio desde el cual materia y energía dieron origen a la vida.

Personas más existencialistas pasan su vida preguntándose ¿de dónde vienen? ¿A que vinieron al mundo? ¿Porque están acá? La creencia popular dentro de este grupo de gente es que toda persona que conozca su origen tendrá las respuestas a todo lo que le depare el futuro, tendrá una misión, tendrá un objetivo.

Sin embargo hay gente que cree que no es un punto en el cual todo se origina, no es solamente un momento, sino que hay varios puntos estratégicos donde toda persona que pase por ahí tendrá un brusco o sutil cambio en su vida. Los escépticos lo llaman giros de la suerte.

En la ciudad de La Plata se esconde un mapa secreto que indica exactamente todos estos lugares mágicos. Es el comentario de varias personas o es algo de leyenda urbana pero se nombran varios lugares, el Dumbo de la calesita de la plaza Belgrano, la esquina de 6 y 66 un seis de junio a las seis de la tarde, un sauce llorón del parque Pereyra, el arco que da a la municipalidad de Tolosa, un galpón abandonado del ferrocarril Roca y el fondo del supermercado “la mascota” entre otros. Pero nada sorprende más que la historia del colectivo: dicen que no hace mucho tiempo el colectivo de la Linea 518 que se dirigía a Correas no era solamente eso, toda persona que se subiera tendría un cambio en su destino. Algunos lo señalan como un punto astrológico de donde se separan y se unen los caminos del mundo. Cuentan las malas lenguas que amores, engaños, desengaños, amistades, frustraciones, traiciones, alegrías, tristezas y hasta asesinatos pasaban a diario sobre el colectivo. Si algún día se acercan a correas y preguntan sobre estos acontecimientos, las historias lloverán de todos lados. También hay que destacar que este destino era un tanto azaroso. Las cuestiones astrológicas no distinguen de importancia, de tal forma se adjudicaba un nuevo amor y encontrar una moneda de diez centavos en la maquinita al mismo propósito, las dos de alguna forma cambiaban el destino de quien fuera elegido.

Solos pocos sabían de la existencia de este transporte y de cómo diferenciarlo, en los escritos aparece como referencia un yoyo de coca-cola colgado en el parabrisas, un pin de la virgen de San Nicolás y un peluche azul. Ninguna de estas señas nos aseguran que demos con el colectivo. Seamos realistas y entendamos que casi todos los transportes tienen colgadas este tipo de cosas, pero hay un dato que no es menor; el comentario en el barrio aeropuerto es que cierta vez después de un tiroteo que se había originado sobre el vehículo, este quedo marcado con un balazo junto a la puerta del medio.

Hay gente que todavía al día de hoy lo espera a fin de poder subirse y que su destino cambie aunque sea un poco. Pero eso es casi imposible ya que el nuevo sistema de transporte unifico los micros, los mezclo, los pinto y es imposible diferenciar cual es el mágico bus.

Hace poco creo que lo tomé, tenía un mal día, un día de perros. Subí pague mi boleto, me senté esperé a que llegara de plaza San Martin a plaza Olasaval, me baje y cuando caminaba pensando en que desgraciado era, note que todavía conservaba mi boleto cuando lo mire note que el numero era capicúa, que feliz que me sentí, nunca pero nunca me había tocado uno.

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